lunes, 21 de marzo de 2011

Bienvenida, primavera

Así que naces en la capital del mundo y nunca puedes escapar, y es así porque así es como todo el mundo quiere que sea, todo va de querer, aquí nadie necesita nada.

Va de cuando te despiertas por la mañana y resulta que ya está nevando y hay mucha luz entre los edificios donde da el sol, pero ya está oscuro donde da la sombra.

Y todo va de querer.

¿Qué quieres? Porque si no quieres algo no tienes nada. Vas a la deriva.

Eres arrastrado y enterrado bajo la nieve y las sombras y cuando en primavera la nieve se funda, nadie recordará donde acabaste congelado y enterrado, y ya no estarás en ningún lugar.



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