lunes, 23 de mayo de 2011

Todo por la música


Las cosas están cambiando, eso nadie lo pone en duda.

El viernes pasado, después de llevar unos días leyendo muchísimas cosas sobre las distintas acampadas, sobre las protestas y las manifestaciones por toda España, me pude pasar por la acampada de mi ciudad. Allí me encontré gente de todo tipo con convicciones más o menos firmes reivindicando un cambio radical. No puedo decir que no me decepcionara en parte, que esperara encontrarme la utopía de #sinbanderas de la que tanto se hablaba en Twitter, pero nada más lejos de la realidad. Sin embargo volví a casa con la sensación de haber aprendido mucho, aunque por motivos diferentes.

Cuando ya nos íbamos de la acampada, nos pararon dos desconocidos interesados en la cámara de fotos que yo llevaba en la mano. Uno tenía ya poco pelo en la cabeza, y el otro, más bajo, tenía una melena oscura, rockera, y gafas de ver. Los dos vestían de negro, como muchos de los que estaban en la plaza de la Constitución ese día, y llevaban una pegatina en el pecho que hizo que cayéramos rápidamente en la cuenta de por qué estaban allí. Ellos sí nos preguntaron si nosotras estábamos «por la política» o «por la música». Y la verdad es que mi amiga y yo estábamos por lo segundo.

Había una manifestación en el centro para defender la música en directo en los locales de Málaga, algo que parece que también está en peligro.

A partir de ese momento estuvimos hablando con los dos más de media hora. Nos contaron lo decepcionados que se habían sentido al encontrarse a tan pocos músicos malagueños en la manifestación «…ni el Roberto, ni la Mari, ni el Perico, ni Pepillo, ni Paco…» -decían- «como si no fuera con ellos».
No sé en qué momento nos dividimos, y el más bajo empezó a hablar conmigo, mientras que el otro le preguntaba a mi amiga Irene por la música que le gustaba y otras historias.

Me enganchó. Me contó sus experiencias musicales en Málaga estos últimos años, los problemas que había tenido para organizar conciertos, para ayudar a un amigo a recuperar el local de música que le habían incendiado, la poca ayuda que el Ayuntamiento y la Diputación le habían dado por depender todo de Espectáculos Mundo «siempre me encontraba con el mismo muro» y lo decía con tristeza. «Mira, este –comentaba señalando al otro-trabajaba para ellos, montando escenarios en todos los conciertos, y me ofrecía trabajo, pero iba contra algo dentro de mí..., porque como decía Serrat, “Entre esos tipos y yo hay algo personal”»

Fueron muchas cosas las que me contó y las que aprendí. Y me dio pena, por no tener ni la mitad de la información. Él no criticaba ni a unos partidos ni a otros, «solo quiero poder disfrutar de la música». Él y todos.

Me parece bien que se tomen medidas, si son necesarias, pero no acabar de por sí con algo que ahora funciona. Disfrutar de la música en directo en Málaga es de los mejores planes que se pueden hacer, y no veo la necesidad de terminar con eso.

Después de una larga conversación, nos despedimos, al tiempo que nos decíamos nuestros nombres. Álvaro y Julio se llamaban. Le di a Julio la mano y le dije la verdad, que le agradecía el rato, y que había sido un placer. Él me contestó «nos vemos por los conciertos, y siempre por la música»

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2 comentarios:

  1. No sabía yo de la manifestación por la música en vivo en Málaga. Me parece genial, debería haber más sitios como el zzpub!

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